La historia
Hana es una estudiante universitaria que se siente irremediablemente atraída por uno de sus compañeros. Todo parece ir sobre ruedas en su relación hasta que finalmente él se ve en la obligación de admitir su verdadera identidad, es uno de los escasos descendientes de los extintos lobos japoneses. Esta revelación lejos de separarlos, termina por unir aún más a los jóvenes enamorados, que no tardan en formar una pequeña familia. Pero un golpe del destino hace que Hana deba iniciar una nueva vida con sus hijos en el campo, alejada de todo lo que conoce y con escasos recursos.
Ficha
Género: Fantasía, folclore, slice of life
Dirección: Mamoru Hosoda
Guión: Satoku Okudera y Mamoru Hosoda
Estudio: Madhouse/ Studio Chizu
Banda Sonora: Takagi Masakatsu
Año: 2012
Opinión personal
Mamoru Hosoda lleva años opositando para convertirse en uno de mis directores favoritos, y esta película no hace más que subir otro peldaño en la enorme estima que le tengo como artista y creador. Sus tres películas (La chica que saltaba a través del tiempo, Summer Wars y Wolf Children) no podrían ser más diferentes entre sí, con una temática muy distinta en todas ellas, y aún así, cuentan con un mismo fondo común, ese espíritu de slice of life que llega a transmitir mucho más de lo que aparenta en un principio.
Se podría decir que Wolf Children cuenta con tres partes bastante diferenciadas, siguiendo el clásico planteamiento de Principio-nudo-desenlace. El principio me parece maravilloso. Todo el romance de nuestra protagonista, contado apenas sin palabras, me pareció de una delicadeza única.
Aunque si el principio tiene ese aire melancólico y algo triste, el nudo de la historia es verdaderamente divertido, lleno de energía, alegría y risas. Los pequeñísimos niños lobos conquistan al espectador desde su primera aparición, y consiguen que volvamos a la niñez con ellos a pesar de todas las diferencias formales que puede haber entre ellos y nosotros. Y esa es una de las cosas más envidiables de la película.
También comienza un claro canto a la naturaleza, que solo había visto a este nivel de perfección en las películas del Studio Ghibli.
El desenlace es la parte que menos me gusta de la película, y no porque no me haya gustado, pero creo que deja cierto regusto amargo y no acierta plenamente. Tan solo vemos el final de uno de nuestros tres personajes principales, mientras que la vida de los otros dos no alcanzan una verdadera conclusión como merecería el final de tan magnífica película.
También me extrañó la poca relevancia que tienen finalmente algunos personajes secundarios (especialmente el anciano que los ayuda a instalarse en la montaña) que parecían claves en un principio.
Y aún así, con sus pequeños defectos, y siendo consciente de que la película no me parece tan perfecta como “La chica que saltaba a través del tiempo”, me parece una auténtica delicia. Wolf Children logra tenerte entre la lágrima y la sonrisa durante prácticamente las dos horas que dura el metraje, en un estado de emoción constante. Siempre con ese aire melancólico y reflexivo.
Y además del valor que tiene por ser una mirada tan imaginativa al folclore japonés y a esa fantasía tradicional, lo más hermoso de todo es la radiografía humana que hace de una madre y de sus hijos. De una familia. Para mi, una obra imprescindible.
Puntuación
9 (Nota sobre 10)
Única en su especie